Turquía | La sólida demanda impulsa la actividad

La producción industrial (PI) se redujo 0,2% a/a en la serie corregida por calendario; el dato sin ajustar se incrementó 11,3% en mayo. Prevemos un crecimiento del PIB del 4,5% en 2023, impulsado por la normalización gradual prevista de la política monetaria. En 2024, dependerá de la orientación de esta contra la inflación.

Puntos clave

• Puntos clave:
• En las series con ajuste estacional y corregida por calendario, la PI mensual se recuperó ligeramente un 1,1% en mayo y se situó algo por encima de su cifra de marzo, eliminando así el impacto negativo de abril.
• Los indicadores adelantados señalan que la actividad económica siguió siendo sólida en el segundo trimestre, algo que también confirma nuestro indicador del PIB mensual, que proyecta un crecimiento del 4,4% en junio (con un 27% de la información) y del 6,5% en julio (debido especialmente a los efectos positivos del calendario).
• La composición de la demanda agregada a favor de la demanda interna mantiene su presión alcista sobre la moneda, la inflación y el déficit por cuenta corriente.
• Hay señales de que con la gestión económica se pretende lograr un aterrizaje suave y tasas de crecimiento trimestrales reducidas, pero positivas, en un futuro cercano, lo que permitirá que la demanda interna siga siendo sólida en caso de no introducirse otras políticas macroprudenciales.
• Teniendo en cuenta a normalización gradual de la política monetaria, unida a un sólido crecimiento en el primer semestre, prevemos que el PIB crezca un 4,5% en 2023. Seguimos pensando que el ajuste en la actividad podría observarse más claramente después de las elecciones locales y que el crecimiento del PIB podría desacelerarse hasta el 2% en 2024.

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