Global | No nos lo podemos permitir

La realidad es tozuda. 2024 fue otro año en el que las emisiones de gases de efecto invernadero crecieron en el mundo, el 2% según Global Carbon Budget 2024, sin que las ganancias de eficiencia energética o la penetración de renovables en el mix energético bastaran para compensar el efecto de la mayor actividad económica.

Puntos clave

• Puntos clave:
• Sin un desacoplamiento significativo, inmediato y sostenido entre crecimiento económico y emisiones, cada año que pasa hace menos probable lograr emisiones netas nulas a mediados de este siglo. Menos del 10%-15% de mantenerse las tendencias actuales, según un sencillo ejercicio publicado por BBVA Research.
• 2024 ejemplifica bien el insuficiente avance en compromisos climáticos. La mera existencia de las conferencias de Naciones Unidas es positiva en un escenario geopolítico en el que el multilateralismo se debilita, pero los resultados de la número 29 celebrada en Azerbaiyán, aun con esa baja expectativa, son simplemente agridulces.
• En 2025 hay que estar atentos al despliegue de políticas del nuevo Gobierno de Estados Unidos. Posiblemente cambiarán las políticas energéticas y medioambientales, con retrocesos en algunas ayudas establecidas en la Ley de Reducción de la Inflación, menos regulación, disminución de la financiación global para la sostenibilidad y un debilitamiento de los estándares de sostenibilidad y responsabilidad social (ESG) empresariales.
• A lo largo del año habrá que analizar la ambición de los nuevos compromisos climáticos que los firmantes del Acuerdo de París han de presentar para ser revisados en la COP30 de noviembre, en Brasil. No nos podemos permitir menos ambición.

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