Global | Monedas digitales, avances con cautela

El dinero digital ha existido durante mucho tiempo: los depósitos que guardamos en el banco, y a su vez las reservas que estos mantienen en los bancos centrales, son dinero que desde hace décadas se registra y opera de manera digital. Sin embargo, existe bastante inquietud con las denominadas “monedas digitales”.

Puntos clave

• Puntos clave:
• En realidad, “moneda” y “dinero” no son lo mismo: históricamente, una moneda (efectivo) ha sido un “tipo de dinero” de fácil acceso que, hasta ahora, se ha podido guardar y transar sin necesidad de un intermediario de manera ágil y anónima.
• Los bancos centrales están investigando seriamente futuras versiones digitales de sus monedas. Por ejemplo, en 2020, Bahamas estrenó el “sand dollar”, versión digital de su dólar bahameño, y China ha puesto en marcha pruebas reales de su yuan digital.
• Entre los objetivos de estos proyectos está resguardar la eficacia de la política monetaria, garantizar un medio de pago universal para acceder a un comercio cada vez más electrónico, y evitar el dominio de cualquier medio de pago “foráneo o poco regulado” que facilite actividades criminales o que pueda hacerse con la información transaccional de la ciudadanía para quién sabe qué propósitos.
• Una de las preguntas que desde hace tiempo se hace la mayoría de los bancos centrales, incluido el Banco Central Europeo (BCE), es si la emisión de monedas digitales por parte de las autoridades monetarias es la manera más segura y eficaz de lograr estos objetivos.
• De hecho, se especula que podrá haber un euro digital en cinco años, tiempo prudente para que se valoren las muchas opciones. Mientras tanto, el BCE sigue con lupa todo tipo de experimentos internos y foráneos.

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