Europa | Marshall en Bruselas

La pandemia ha dado lugar a varias comparaciones históricas -la gripe del 18, los felices años 20 que le siguieron. Otra comparación fácil es la del masivo impulso fiscal del NGEU, que se va a poner en marcha en Europa en los próximos meses como una visión modernizada del Plan Marshall tras la Segunda Guerra Mundial.

Puntos clave

• Puntos clave:
• El NGEU probablemente el plan llega algo tarde, y aunque pueda contribuir a recuperar los niveles de actividad pre-pandémicos, también puede ser innecesario como instrumento de demanda y sumarse a un fuerte rebote de actividad esperable cuando se complete el proceso de vacunaciones.
• La magnitud de las peticiones por Bruselas es muy elevada, principalmente en los países de la periferia. Sólo en subvenciones, España va a recibir un 6,2% de su PIB, Italia un 4,2%, Portugal un 6,9% y Grecia un 10,7%. Alemania solamente un 0,8% y Francia un 1,7% por el fuerte componente distributivo del programa.
• Entre los grandes, únicamente Italia se ha comprometido a pedir la partida de préstamos (Grecia y, en parte, Portugal también lo han hecho); España lo hará más adelante si es necesario. Alemania y Francia, con asignaciones relativas más pequeñas y menos pérdidas durante la pandemia, tampoco van a pedirlos.
• Además, los pilares de lucha contra el cambio climático y de desarrollo digital estarán en el centro de las ayudas, como requería Bruselas, que ha puesto un mínimo obligatorio al porcentaje de fondos para ambos apartados.
• Los países también velan por los intereses “tradicionales” de cada uno de ellos. Buenos ejemplos son la dedicación al tren de alta velocidad en Italia, al sector aeronáutico en Francia o al sector turístico en los periféricos. Muchas de estas ayudas están justificadas, pero suponen también un riesgo de que la lluvia de dinero distorsionen las reglas de la competencia.

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