Europa | La política monetaria en la eurozona ante la COVID-19

Repasamos las medidas de política monetaria adoptadas por el BCE como respuesta a la COVID-19, evaluamos sus efectos sobre los mercados financieros durante la pandemia, examinamos sus impactos cuantitativos sobre la actividad económica y analizamos los retos a los que se enfrenta el BCE.

Puntos clave

• Puntos clave:
• En la medida que se han evitado escenarios con un mayor coste económico y social, el balance puede considerarse positivo: la política monetaria del BCE ha contribuido a minimizar el impacto económico de la pandemia a corto y largo plazo, y evitar la activación de mecanismos de histéresis.
• El BCE ha actuado de manera rápida, flexible y ágil, y ha ido recalibrando estas medidas en tiempo real y de forma anticipada, con carácter preventivo y optando por la estrategia de cubrirse ante escenarios más adversos, antes de que ocurrieran.
• Aunque la evaluación cuantitativa del impacto directo sobre la economía real de las medidas extraordinarias adoptadas por el BCE para hacer frente a la crisis de la COVID-19 se enfrenta a diversos problemas de identificación, los resultados disponibles indican que estos efectos han sido económicamente relevantes, sobre todo en los países de la eurozona más vulnerables.
• En el caso concreto de España, como mínimo han evitado una caída adicional del PIB superior a 3 puntos porcentuales, al tiempo que sus efectos indirectos vendrían dados porque el BCE ha posibilitado la adopción de medidas fiscales de ámbito nacional (con un impacto de unos 8 puntos porcentuales en los momentos más álgidos de la crisis).
• Las medidas extraordinarias del BCE han abierto una ventana temporal de al menos dos años para que los países de la eurozona puedan llevar a cabo políticas de oferta y reformas con las que transformar sus economías y recuperar o incluso aumentar su crecimiento potencial tras la crisis provocada por la pandemia.

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