Europa | El BCE mantiene la apuesta

Junio está siendo un mes clave para conocer cuáles serán los planes de dos de los principales bancos centrales -la Reserva Federal (Fed) y el Banco Central Europeo (BCE)- para comenzar a revertir las políticas expansivas sin precedentes puestas en marcha al inicio de la crisis de la COVID-19.

Puntos clave

• Puntos clave:
• En su reunión de política monetaria del jueves, el BCE no movió ficha: mantendrá las compras de activos a un ritmo superior al de los primeros meses del año durante el tercer trimestre, en línea con el segundo, cuando estas ascendieron a 80.000 millones de euros al mes (frente a 60.000 millones de euros al mes en el primer trimestre de 2021).
• En cuanto al entorno macroeconómico, se hizo una valoración moderadamente positiva de la evolución de la situación económica en la eurozona, a pesar de reconocer las incertidumbres subyacentes que plantea la pandemia. Y, lo que es más importante, se considera ahora que los riesgos para el crecimiento están equilibrados, de hecho es la primera vez que escuchamos esto desde 2018.
• La presidenta Lagarde conservó un tono cauto, destacando que la COVID-19 seguía siendo una fuente de riesgos a la baja y que el BCE estaba preparado para ajustar todos sus instrumentos si es necesario.
• Las previsiones de inflación presentadas se mantienen contenidas en el 1,9% en 2021 (desde el 1,5% de marzo), para moderarse posteriormente en 2022 en el 1,5% (desde el 1,2%) y en el 1,4% en 2023, aún lejos del objetivo del BCE.
• La atención se centrará ahora en la reunión de política monetaria de la Fed del 15 y 16 de junio para obtener más pistas sobre su postura respecto a la reducción de estímulos, que esperamos que -al igual que el BCE- sea muy cauta en su comunicación, y aunque dé alguna señal de que pueden estar en discusión no anuncien un tapering de facto hasta finales de verano.

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